Aunque no tiene que ver, en principio, con el periodo Aqueménida, la situación de los restos arqueológicos en Irán merece ser atendida. Cómo ya he informado, tanto Susa como Persépolis están siendo afectadas por una serie de problemas, y parece ser que el gobierno de Irán no está actuando para proteger su propio patrimonio, un patrimonio que por otra parte pertenece a toda la humanidad. Los siguientes artículos irán en este sentido, dando a conocer lo que está ocurriendo con una serie de restos y piezas arqueológicas. Pues bien, los restos de un edificio de época partha, situado en la cima de una colina llamada Mosalla Tappeh, fueron arrasados para preparar el terreno para la construcción de una Mosalla, un lugar para la oración islámica.
La noticia de la destrucción del patrimonio iraní ha enfurecido a la nación, en particular a los amantes de la cultura y a los entusiastas de la herencia nacional de Irán. De acuerdo con Mehrnush Najafi-Ragheb, el portavoz del Consejo de la Municipalidad Islámica de Hamadān, los restos del edificio fueron destruidos hace dos años. "Hasta hace dos años los restos de las ruinas de la fortaleza, que era, posiblemente, de época Arsácida, estaban en pie y fueron destruidos cuando comenzó la construcción de la Mosalla", indicó Najafi-Ragheb al servicio persa de la CHN. Y agregó: "durante el año 2006, la asamblea del consejo, lo consideró (al montículo) como un sitio cultural y religioso". La Asamblea no se explica cómo la República Islámica destruyó un monumento de 2.000 años de antigüedad, que era una parte importante del patrimonio cutural y de la historia de Irán. El sitio fue cercado y restringido al público durante los últimos dos años bajo el pretexto de la protección del antiguo monumento.
Los objetos recuperados del sitio en las últimas décadas, donde muchos de ellos se conservan en el Museo de Hamadān, sugieren que el montículo era de época Arsácida, con la posibilidad de que el sitio se remontara a la época meda. Algunos expertos creen que el monumento destruido era un templo dedicado a la deidad zoroástrica, Anahita. Los arqueólogos creen que en la antigüedad este montículo de 600 x 400 metros y el adyacente de Hegmataneh (Ecbatana) estaban unidos y juntos formaban la antigua y la original ciudad, ya que, por ejemplo, el famoso Shir Sangi (León de piedra) de Hamadān se encuentra en la ladera del montículo. Según los registros históricos, el edificio de época Arsácida era conocido como Tappeh Dokhtar (El Montículo de la Virgen) y fue utilizado como una estructura defensiva, manteniendo su formato original hasta 1791, cuando Aqa-Mohammad-Khan Qajar conquistó Hamadān, momento en el que el monumento fue destruido. Cabe añadir que los antiguos monumentos iranios denominados con el nombre de “dokhtar”, que viene a significar generalmente “hija” y “virgen”, estaban dedicados a la diosa Anahita.
En 1978, el Ministerio Imperial de Cultura y Arte planeó la rehabilitación de los monumentos antiguos de la ciudad de Hamadān, incluyendo la puesta en marcha de una amplia investigación de los tres montículos históricos de mayor importancia y, finalmente, su restauración completa, investigación que fue desechada después de la subida del régimen de los clérigos al poder en 1979. Mientras se han producido estas destrucciones, no se ha llevado a cabo ningún estudio arqueológico detallado sobre el montículo. Muchos expertos han expresado sus objeciones, puesto que había suficientes tierras en y alrededor de Hamadān que podrían haber sido utilizadas con la finalidad de albergar la construcción de la Mosalla, evitando así que se produjera la destrucción del patrimonio iraní.
Los restos del templo de Anahita antes de su destrucción
Vista de Hamadan desde Mosalla Tappeh
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