lunes, 20 de junio de 2011

Alejandro en Siria-Palestina: Los sitios de Tiro y Gaza

Siguiendo con las grandes batallas acontecidas durante la campaña de Alejandro, la noticia de su victoria en Issos impulsó a gran parte del mundo griego a alinearse con Alejandro y frenó de momento las tendencias antimacedonias, a excepción de la revoltosa Esparta. La ayuda griega permitió reactivar la guerra en el Egeo, donde los persas fueron perdiendo una posición tras otra. Alejandro, consciente de la necesidad de expulsar a los persas del mar, ya que estos podían llevar la guerra a Grecia, decidió la conquista de las regiones costeras de Siria y Palestina, para convertir el conflicto en una guerra de conquista continental. Una tras otras, las ciudades portuarias fenicias (Biblos, Trípoli, Sidón) se entregaron al conquistador. Sólo Tiro ofreció resistencia y obligó a Alejandro a un largo asedio de casi ocho meses (de enero a julio del 332 a.C.), debido, fundamentalmente, a que la ciudad de Tiro estaba situada en una isla emplazada a casi un kilómetro de distancia de la costa. Además, ésta estaba rodeada por recios muros de hasta 45 metros de altura que llegaban hasta el mar, a lo que se unió que Alejandro no contaba con una flota que le ayudara a la hora de sitiar con mayor efectividad la ciudad.

Alejandro intentó resolver el problema del sitio de Tiro construyendo un istmo artificial con las piedras de la Tiro abandonada en el continente y otros materiales que se encontraban a su alcance. Fue una obra ardua puesto que las tormentas destruían a menudo parte de la construcción, y cuando ya estaba cerca de la isla, eran los soldados de Tiro los que con flechas y proyectiles impedían los trabajos. Los macedonios construyeron unas torres de madera, pero los tirios las incendiaron y destruyeron en una salida de sus naves y al final una gran tormenta destruyó todo el trabajo. Alejandro decidió comenzar de nuevo haciendo un istmo más amplio y en diagonal suroeste, y al mismo tiempo reclutó una potente flota de Sidón, Soli, Mallos y otras ciudades fenicias y chipriotas que ya se encontraban bajo su poder, consiguiendo bloquear a la flota tiria. Mientras hacia el istmo realizó el macedonio una incursión hacia el interior para capturar árabes, a los que envió a talar madera a las montañas del Líbano. Cuando Alejandro volvió al istmo ya estaba muy avanzado y los intentos de los tirios por destruirlo, a pesar de algún éxito parcial, habían fracasado. Los tirios enviaron a las mujeres, ancianos y niños a Cartago aprovechando un despiste de la flota sidonia y cerraron las bocas de sus dos puertos. Alejandro, utilizando máquinas de asedio y tras una lucha feroz, ocupó la ciudad. Los ciudadanos de Tiro pagaron un alto precio por su resistencia, ya que 8.000 de ellos murieron en el combate, 2.000 fueron crucificados y 30.000 fueron vendidos como esclavos como venganza por la muerte de algunos macedonios. Sin embargo, el rey de Tiro y los magistrados fueron respetados.

 Tras la caída de Tiro, las únicas posibles dificultades antes de alcanzar Egipto eran las ciudades fortificadas de Acre y Gaza. Alejandro no encontró resistencia ante la primera ciudad, penetrando sin oposición en Palestina hasta llegar a Gaza. El comandante Aqueménida de la ciudad era el eunuco Batis, que aprovisionó a la ciudad de soldados y víveres con el fin de resistir un largo sitio, intentando cerrar el paso a Egipto y dar tiempo a Darío III para que reorganizase su ejército. Conviene recordar que Gaza, durante el periodo Aqueménida, fue un enclave de gran importancia, puesto que se encontraba en un estratégico cruce de caminos, donde las caravanas procedentes del sur de Arabia, Siria y Egipto se cruzaban. Además, la ciudad estaba emplazada sobre una colina a 2 kilómetros de la costa y contaba con imponentes murallas, lo que impidió a los macedonios utilizar directamente máquinas de asedio contra éstas, por lo que tuvieron que construir un terraplén en la parte sur de la muralla para poder emplear con eficacia los arietes. Sin embargo la resistencia fue encarnizada y el propio Alejandro resultó herido en el hombro. Tras este revés, los macedonios desembarcaron las máquinas de asedio que utilizaron en Tiro y construyeron más terraplenes con el fin de atacar la ciudad desde varios puntos.

La estrategia funcionó y la ciudad acabó claudicando. Según Quinto-Curcio, tras capturar la ciudad, Alejandro ordenó que Batis fuera atado a un carro y arrastrado por toda la ciudad hasta morir. Sin embargo, ninguna otra fuente respalda esta anécdota, por lo que puede tratarse de un intento de equipar la figura de Alejandro con la de Aquiles arrastrando el cuerpo de Héctor de la misma forma. Darío III, consciente  ya de la gravedad del ataque macedonio, intentó propuestas de paz, que fueron rechazadas. Fue quizá entonces cuando los limitados propósitos que habían promovido la expedición se transformaron en la mente de Alejandro en un definitivo plan de conquista de todo el imperio Aqueménida. La conquista de la costa sirio-palestina abría el camino de Egipto, donde Alejandro fue recibido como un liberador e investido por los sacerdotes de Menfis con la doble corona de los faraones.



Bibliografía específica:
BRIANT, P. 1996. Histoire de l´enpire perse. De Cyrus à Alexandre, Paris.
ENGELS, D. W. 1978. Alexander the Great and the Logistics of the Macedonian Army, Berkeley/Los Angeles/London.
JONGELING, H. 2008. De belegering van Tyros door Alexander de Grote in 332 v.Chr: aanloop, verloop, afloop, Utrecht.

2 comentarios:

  1. ¿Que distancia habia entre Persia y Palestina? ¿Cuantos kilometros?
    willram71@hotmail.com

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  2. La distancia exacta en kilómetros no la sé; en línea recta la distancia es mucho más corta, pero en la época el camino iba a través del Tigris para alcanzar Siria y desde ahí poner rumbo a Palestina. Es decir, el camino era mucho más largo.

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