Excavaciones arqueológicas efectuadas en el Fārs han sacado a la luz reliquias que datan de los periodos pre-Aqueménida y Aqueménida. Los arqueólogos hallaron una fosa pre-Aqueménida, que es una combinación de ataúdes de piedra, y tres torres de silencio o Dakhmas, según ha informado la agencia de noticias CHTN. Dos de las torres fueron encontradas cerca de los ataúdes de piedra, mientras que la tercera fue encontrada en la parte noreste de la zona. Los antiguos persas utilizaban estas torres, que tenían una estructura circular, para poner a sus muertos sobre ellas y exponerlos al sol, ya que creían que la estructura podría destruir los contaminantes y desintegrar la carne. Cuando el sol desintegraba el cuerpo y las aves de rapiña devoraban la carne, los huesos restantes, una vez que éstos habían sido blanqueados por el sol y el viento, lo que podía tardar incluso un año, se recogían y se depositaban en fosas de piedra con agujeros para permitir que la persona fallecida pudiera ver el sol.
En realidad no existe un nombre estándar técnico para dicha construcción. El común dakhma o dokhma (del persa medio dakhmag) denotaba originalmente cualquier lugar de los muertos. Del mismo modo, en los textos medievales de la tradición zoroástrica, aparece el término astodan, aunque en la actualidad representa una fosa. En las provincias iraníes de Yazd y Kerman, el término técnico es deme o dema. En cuanto al término "Torre de Silencio" es un neologismo atribuido a Robert Murphy, quien, en 1832, era un traductor del gobierno colonial británico en la India, y no es el significado literal del término avéstico dakhma, puesto que su significado no está establecido de manera concluyente.
Las torres, que son bastante uniformes en su construcción, tienen un techo casi plano. El techo está dividido en tres círculos concéntricos: Los cuerpos de los hombres se colocaban alrededor del anillo exterior, los de las mujeres en el segundo círculo, y los de los niños en el anillo que era más interior. La referencia histórica más temprana que menciona la exposición ritual proviene de Heródoto (I, 140), aunque las tumbas de los reyes Aqueménidas en Naqsh-i Rustam y Pasargadā no sugieren la exposición de los cadáveres de los monarcas de esta dinastía. Mientras que la exposición general de los muertos está atestiguada en el Avesta, la primera cita es de época Sasánida (siglos III-VII), por lo que su adscripción al periodo Aqueménida sigue siendo dudosa. De todas formas, sabemos que en la tradición zoroástrica iraní, las torres fueron construidas sobre colinas o pequeñas montañas en lugares distantes de los centros de población, que es lo se ha hallado en el Fārs.
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